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El calcio es más común de lo que se imagina
En Estados Unidos, más del 30% de todos los pacientes tratados por ICP presentan cierto grado de calcio. Esto representa un incremento del 31% durante las últimas dos décadas. La complejidad del paciente está incrementando, los factores de riesgo como el envejecimiento de la población, la insuficiencia renal, la hipertensión y un incremento en la prevalencia de lesiones tipo C, indican que las lesiones calcificadas seguirán estando presentes.1
El calcio puede presentar complicaciones
Durante un procedimiento pueden surgir varias complicaciones, incluyendo disección durante angioplastia con balón o predilatación2, dificultad con dilatación completa3, inhibición de la expansión adecuada del stent4, prevención de liberación del stent en el sitio deseado5, stent sub-expandido o mal aposicionado6, penetración insuficiente del medicamento y posterior reestenosis7.
El calcio es un factor de predicción de malos resultados clínicos
El calcio también puede tener un impacto importante sobre los resultados a largo plazo.
Los niveles de calcio moderados a severos generan una probabilidad significativamente mayor de complicaciones como infarto al miocardio, revascularización de la lesión tratada, eventos cardiovasculares adversos mayores y muerte8.
Los fallos en el vaso diana (TVF, por sus siglas en inglés) son mayores en casos con calcificación severa. Después de dos años, los TVF fueron de 16.4% en pacientes con calcificación severa contra 9.8% en aquellos pacientes sin calcificación severa.9