Diagnóstico

¿Cómo se diagnostica un infarto de miocardio?

El infarto de miocardio se diagnostica según los síntomas, un electrocardiograma (ECG) y los resultados de los análisis de sangre.

Cuando el equipo de atención de urgencias vitales lo atienda en el hospital, le preguntarán sobre sus síntomas e iniciarán una evaluación. El infarto de miocardio se diagnostica según los síntomas, un ECG y los resultados de los análisis de sangre. El objetivo del tratamiento es atenderlo de inmediato y limitar el daño al miocardio.

El equipo de atención médica le hará muchas preguntas sobre el infarto de miocardio con el fin de elegir el tratamiento más adecuado. Algunas preguntas importantes son:

  • ¿Cuándo comenzó el dolor?
  • ¿Qué estaba haciendo en ese momento?
  • ¿Tuvo que detenerse?
  • ¿Mejoró el dolor con el descanso?
  • ¿Regresó el dolor cuando retomó la actividad?
  • ¿El dolor se mantuvo en el pecho o se irradió a otra parte, como en la mandíbula, los dientes, el brazo o la espalda?
  • ¿Tuvo dificultad para respirar?
  • ¿Tuvo náuseas?
  • ¿Sudó profundamente?

 

El ECG (también conocido como electrocardiograma) puede ayudar a saber qué sucedió en el miocardio y dónde sucedió. Además, se puede controlar el ritmo y la frecuencia cardíaca. También se podrá conectar a un monitor de cama con cables para controlar constantemente el ritmo y la frecuencia cardíaca.

Se puede extraer sangre para medir los niveles de marcadores bioquímicos presentes. Los marcadores bioquímicos se encuentran dentro de las células del cuerpo y son necesarios para el funcionamiento de dichas células. Cuando se dañan las células del miocardio, su contenido, incluidos los elementos, se liberan en el flujo sanguíneo. Con la medición de los niveles de estos elementos, el médico podrá determinar el grado del infarto de miocardio y calcular el momento aproximado en que se inició. También se pueden realizar otras pruebas de sangre. Entre las otras pruebas se incluyen las siguientes:

  • Ecocardiografía (ecocardio)
  • Cateterismo cardíaco
  • Radiografía del tórax
 

¿Sabías que?

Los sobrevivientes de infartos de miocardio están en riesgo de PCR

Se calcula que 1,1 millones de estadounidenses sobreviven a infartos de miocardio cada año. Muchos de esos sobrevivientes pueden estar en mayor riesgo de sufrir un paro cardíaco repentino (PCR).

Un estudio de referencia denominado MADIT II1 mostró la manera en que un infarto de miocardio, que ha reducido la capacidad del corazón para bombear sangre de manera eficaz (fracción de eyección baja), puede incrementar el riesgo de sufrir un paro cardíaco repentino. Los sobrevivientes a infartos de miocardio con una fracción de eyección menor al 30% a quienes se colocó un cardiodesfibrilador implantable (ICD) tuvieron una tasa de supervivencia superior a la de pacientes similares sin un ICD.

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