Tratamiento
¿Cuál es el tratamiento para la enfermedad vascular periférica (EVP)?
El tratamiento para la EVP depende de la gravedad de la enfermedad. De manera que puede ser de gran ventaja localizar la EVP de manera temprana. Con frecuencia, la solución es simple. Por ejemplo, el médico posiblemente recomiende hacer ejercicio o tomar medicamentos. El ejercicio puede provocar la dilatación de nuevos vasos sanguíneos diminutos y llevar oxígeno a áreas problemáticas. El médico puede recetar medicamentos para reducir el dolor o evitar la formación de coágulos sanguíneos. Además, es posible que necesite medicamentos para controlar la diabetes, la presión arterial alta o el nivel alto de colesterol porque estas enfermedades, de no tratarse, pueden aumentar el riesgo de EVP.
El médico puede decidir si es necesario tratar las arterias obstruidas. Se puede usar uno o más de estos procedimientos para ayudar a que la sangre vuelva a circular libremente a través de las arterias afectadas:
- Angioplastia: Un catéter con balón que se pasa a través de la arteria obstruida. Una vez inflado, el balón comprime la placa ateromatosa contra la pared de la arteria.
- Implantación de stents: Durante la angioplastia, se puede colocar un diminuto tubo de malla metálica, llamado stent, en la arteria para ayudar a que esta se mantenga abierta.
- Aterectomía: Se usa un catéter especial para raspar suavemente y remover la placa ateromatosa de las arterias.
- Endarterectomía: Se usa un catéter especial para abrir los vasos sanguíneos obstruidos al eliminar la acumulación de placa ateromatosa desde el interior de la pared arterial.
- Revascularización quirúrgica: Se usa un vaso sanguíneo sano que se toma de otra parte del cuerpo, o un tubo artificial pequeño, para crear un desvío y permitir la circulación sanguínea por una vía alternativa a la arteria obstruida.